Testimonios de Sufrimiento, Resiliencia y Solidaridad, en el Día en que se cumple el primer año de la Invasión.

María Dobryanska, en perfecto ucraniano, euskera y castellano, presentó el acto institucional que Eusko Jaurlaritza – Gobierno Vasco organizó en las dependencias Lehendakaritza para reconocer y agradecer la solidaridad y colaboración entre Ukrania y Euskadi con motivo del primer año de guerra.

Olena Kyzyma, Hanna Smolova, el Lehendakari Iñigo Urkullu, Alona Kalyuzhna y Kateryna Kaminska

Dos videos permitieron ver y escuchar las voces y testimonios de diferentes vivencias relacionadas con las consecuencias de la invasión de Ucrania; entre ellas las experiencias de ‘Hanna Maxymiv’ y ‘Carlos de Careaga Larrañaga’, quienes por mediación de UkraniaSOS formaron junto con sus respectivas parejas, ‘Aleksander’ y ‘Lucía’, una nueva familia para ‘Telmo, Ana y María’, txikis del hogar acogedor vasco.

Carlos de Careaga Larrañaga, Iñigo Urkullu y Hanna Maksymiv

Posteriormente, un coloquio facilitado por Karmele Villarroel de Fundación Ellacuría, compartió las interesantísimas experiencias de cuatro personas: 

Anna Smolova, de 29 años, es médica radióloga y se encuentra refugiada en Euskadi con el apoyo de UkraniaSOS, donde ocasionalmente ha trabajado en farmacias y ahora inicia su nueva andadura profesional en un hospital de Basauri. En su intervención destacó que las personas desplazadas prefieren vivir de sus esfuerzos que de subsidios y ser útiles para la sociedad. Recordó que desde Ucrania llega mucho talento que debe sumarse al desarrollo de Euskadi, por lo que debe dinamizarse aún más el acceso al empleo y las oportunidades, así como agilizarse los trámites de homologación de titulaciones y habilitaciones profesionales. La convalidación de títulos es, precisamente, una de las reclamaciones que desde Euskadi se realizan al Estado para poder mejorar adecuadamente el ecosistema vasco.

Sofía Van vive con una familia de acogida y ahora estudia Relaciones Internacionales en la Universidad de Deusto, donde quiere experimentar un crecimiento personal y agradece el hecho de haber entablado nuevas relaciones de amistad. Así es. Estudiantes de Deusto realizan sus prácticas en Negobide y en el Instituto Europa de los Pueblos; nos cuentan que en la Uni hay más de 50 jóvenes formándose como ella y, viven en casas de acogida que también ha ofrecido el propio entorno universitario, así como la residencia ‘micampus’ de Bilbao: “Son gente despierta, abierta, llena de vida; pero también tienen sus momentos tristes y, por ello tratamos de que pasen el tiempo estudiando y disfrutando conociendo Euskadi y nuestras costumbres…”

Vasyl, de Bucha, tiene 29 años y vive en Artziniega y ha acogido a su madre, Halyna, que fue voluntaria en la zona de Bucha, Irpin e Ivankiv, organizaba los viajes de niñas y niños de Chernobyl, y fue obligada a abandonar su casa; recordó la crudeza con que vivió los primeros días de la invasión en los que perdió el contacto directo con su ama y su aita, así como el impacto que supuso ver las imágenes de su ciudad destruida y, también el colegio en el que estudió. 

Enrique Angulo cerró el coloquio en el que participaba como miembro de la asociación ‘Chernobileko Umeak’, que ha acogido a txikis de Chernobyl y vienen acompañando a personas y familias refugiadas tras la invasión de Ucrania. En su intervención aseguró que el Gobierno vasco ha liderado- canalizado la solidaridad correctamente, al tiempo que observó las deficiencias del sistema estatal aplicado por CEAR muy mejorable.

Tres palabras resumen el núcleo común de sus testimonios: SUFRIMIENTO, RESILIENCIA y SOLIDARIDAD. Las expresiones de sus respuestas resonaron en el atrio de Lehendakaritza, como ecos penetrantes de vivencias de sufrimiento injusto, de necesaria resiliencia y de agradecida solidaridad.

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