El convoy de la DYA: «Objetivo cumplido»

El Voluntariado que partió a Polonia, llegó a Bilbao con 14 personas refugiadas de Ucrania, entre ellas dos txikis y una adolescente, apoyadas ahora por DYA y UkraniaSOS

A las 16.30 llegaba a las inmediaciones de Garellano, en Bilbao, el convoy liderado por la DYA con un total 14 refugiados de Ucrania. Han llegado sin apenas haber dormido, cansados, emocionados también y con mucha ganas de regresar a casa, pero satisfechos por haber podido ayudar a las 14 personas, entre los que viajaban dos niños y un adolescente.

Juan Carlos, voluntario que ha dirigido la expedición que partió el martes rumbo a Polonia y que ha recogido DEIA en exclusiva, ha dicho que su prioridad han sido desde el primer momento las «personas invitadas» por encima de ellos, a los que les ha tocado conducir durante largas horas, sin apenas perder tiempo para comer. «Estamos agotados, pero ha merecido la pena», ha comentado.

Al tiempo que ha reconocido que ha sido muy complicado encontrar a las personas que llevaban en una lista. «Muchos se habían movido del lugar, otros se habían marchado». Con un hilo de voz por el agotamiento acumulado, Juan Carlos ha descrito la llegada a Varsovia como «caótica» y ha aclarado que la «desconfianza» es el protagonista entre las personas que han ido recogiendo. «Por mucho que avises, que te identifiques ellos no saben qué es la DYA y nuestra intención. El convoy fue dividido en dos partes: DYA Bizkaia recorrió media Varsovia y los voluntarios de la DYA de Extremadura, León y Cantabria, la otra mitad de la capital polaca. «Nuestro contacto allí nos pidió la matrícula, el color y modelo del vehículo. Con eso nos podemos imaginar lo que puede estar pasando en la zona. La gente no se fía», ha concretado. Y ha añadido: «Nos pasamos cuatro horas buscando a la gente de un punto al otro, sin parar. El tráfico es horroroso, caótico de por sí y encima con lo que está ocurriendo todavía más».


COORDINACIÓN DE UKRANIASOS

Una vez allí y después de recorrer la distancia que separa Bilbao de Polonia, ya en la ciudad la labor de coordinación de Katerina, de Ucrania SOS, formada por diferentes asociaciones, ha sido fundamental para conseguir dar con personas que tuviesen familias en el País Vasco, por ejemplo. «La lista que llevamos al principio cambió. Hubo personas que se fueron con otros conocidos o que cambiaron de ubicación», ha añadido Juan Carlos. «En tiempo récord nos han buscado a gente para traer. Les he metido prisa porque teníamos que regresar, pero Katerina ha hecho una labor excepcional».

La responsable de Ucrania SOS se ha pasado toda la semana colgada del teléfono para localizar a personas que quisieran huir de Ucrania y que se encontrasen en Varsovia. «Ha sido muy complicado porque hay mucho miedo. El trabajo que ha hecho la DYA ha sido excepcional, son súper héroes». En este sentido, la coordinadora del proyecto Ucrania SOS ha dicho que unos de los departamentos se encarga del contacto con las fronteras y es allí donde a través de los voluntarios van identificando a familias ucranianas que no tienen recursos y que tengan familias de acogida en el País vasco.

De hecho, tal y como ha explicado, su intención era salir por la mañana y no pudieron abandonar Varsovia hasta las siete de la tarde dirección Stuttgart por donde pararon para comer. «Intentamos planificar el viaje para que nuestros invitados, así me gusta llamarles, pudiesen cenar tranquilos y después descansar porque les esperaba todo el largo camino de vuelta». Salieron a las siete de la tarde y tras 25 horas han llegado este sábado a la capital vizcaina.

Por eso, según ha relatado el coordinado del convoy de la DYA, ha sido clave la labor que ha realizado, Alicia, la traductora ucraniana que ha viajado con ellos. «Ella ha sido la que nos ha ayudado a tranquilizar y calmar a quienes nos esperaban en los diferentes puntos», ha explicado. Además de la desconfianza que rodea a las personas que han recogido el Varsovia por la situación que les está tocando vivir, el idioma, hablan ucraniano y ruso, también ha complicado sobremanera su recogida. «Vienen de la guerra», ha concretado Juan Carlos. «Uno de los jóvenes solo sonrió cuando entramos en el Estado, antes no llegó a decir nada. Ha hecho todo el viaje muy serio, con la mirada baja. No sé a quién ha dejado allí, no me atrevo a preguntar», ha comentado.

La coordinadora de SOS Ucrania ha dicho que las familias llegan mal, muy estresadas y cansadas: «LLegan con pánico, incertidumbre y no conocen el idioma. No saben cuál va a ser su futuro y dejan atrás sus vidas, sus seres queridos, su país… Realmente es muy duro», ha relatado.

Publicado por DEIA el 12 de marzo de 2022 por Olga Sáez y Sandra Atutxa. ¡Gracias!